Nuevos mercados
La convergencia tecnológica entre telecomunicaciones, informática y televisión esta aumentando la posibilidad de desarrollar nuevos productos y servicios y por consecuencia, desde hace ya muchos años, esta al centro de importantes transacciones económicas.
Se supone que quien tiene el medio de transporte tiene un poder indiscutible y esto vale también para las telecomunicaciones cuyo soporte de transmisión se han transformado con las nuevas tecnologías.
Estábamos acostumbrados a que el transporte de la voz se realizara a través del cable telefónico y, el radio y la TV, a través del éter. Pero esta realidad se está invirtiendo: la televisión llega por cable y la voz por radio en los teléfonos celulares, lo cual presupone la urgencia de obtener derecho de paso, a gran escala, en todo el territorio.
De estas circunstancias se están beneficiando las empresas del sector eléctrico que invierten en nuevas tecnologías para poder competir en este mercado aprovechando su infraestructura ya existente.
Al mismo tiempo las empresas de teléfonos ofrecen programación televisiva a través de las líneas telefónicas, un centro comercial ofrece servicios bancarios a través de Internet, un banco puede ofrecer servicios de agencias de viajes y una agencia de viaje vender productos ajenos al turismo.
Esto nos da una visión de cómo en el mercado de las tecnologías de la información y comunicación la revolución en acto es imprevisible e incontrolable y de cómo surgen nuevas competencias y posibilidades de desarrollo.
El mercado tecnológico, monopolizado por grandes empresas transnacionales, presiona, con su afán de posicionar lo más novedoso y más sorprendente, no solo al ciudadano común sino sobre todo a los Gobiernos y a las industrias pequeñas y medianas: los primeros necesitan ajustar la legislación pertinente, capacitar el personal, y adecuar las dinámicas de trabajos y servicios a las necesidades de los ciudadanos y los segundos actualizar su infraestructura para no correr el riesgo de ser absorbidos por impresas cuyos funcionarios han tenido la osadía de cabalgar los adelantos tecnológicos.
Otros protagonistas de estos cambios son los gobiernos regionales que desde hace años han empezado una carrera para poderse actualizar e invertir en infraestructuras adecuadas al futuro, que ya esta presente, para detener la brecha digital que recluiría gran parte de la población en un limbo muy poco productivo.
El nuevo escenario dinámico y diversificado que plantea la transformación tecnológica nos obliga a un acercamiento multidisciplinar para estudiar y comprender los complejos aspectos de un fenómeno sin precedentes y así analizarlo e interpretarlo para poder intervenir en su desarrollo.
El reconocido investigador francés Dominique Wolton en su texto "La otra globalización" plantea la existencia de un “triangulo infernal” en el ámbito de la comunicación entre periodistas, políticos y opinión pública que no se consigue superar con el uso de las nuevas tecnologías.
En una entrevista al periódico El Mundo comentaba en propósito:
Las nuevas tecnologías permiten que todos se expresen, pero quienes se interesan por esas expresiones piensan lo mismo que quienes se están expresando. No hay diversidad, pese a lo que se publicita. En los medios masivos hay una representación del mundo que puede ser apoyada o rechazada. No se ve o se lee sólo lo que se quiere ver. Hay una diversidad obligada por una mediación. En esta mediación se forma el triángulo y seguirá siendo así. Las prácticas asociadas a las nuevas tecnologías son narcisistas, están lejos de la formación de representaciones sociales amplias.
La posición de Wolton nos remite a un antiguo debate sobre la importancia de los soportes comunicativos y su incidencia en la transmisión de los mensajes.
A pesar de reconocer las grandes aportaciones de los nuevos medios electrónicos no podemos verlos como una panacea por sí solos. El foco de atención y de interés de un proceso comunicativo será siempre el contenido de los mensajes, la claridad con la cual se trasmiten y el contexto social en el cual se manifiestan.
Para una sociedad conciente
Con relación a esta problemática la Red de Internet ha representado en estos años una plataforma ideal para congresos y encuentros virtuales cuyos temas principales han sido el impacto y el futuro de las nuevas tecnologías.
En noviembre del 2004 en el Segundo encuentro virtual de la cyber /sociedad “, promovido por intelectuales y académicos de diferentes universidades de Cataluña, más de 4000 personas entre especialistas y usuarios comunes se dieron sita en la Red, por casi dos semanas, para discutir, presentar ponencias y plantear problemas relacionados con el uso de las nuevas tecnologías y los nuevos lenguajes.
“Hacia una sociedad del conocimiento” fue el lema del Congreso que los mismos organizadores definieron como una experiencia práctica de trabajo colaborativo y descentralizado, de acceso libre a la información y al conocimiento y de construcción de contenido a partir de voces distintas y distantes.
En el documento conclusivo se perfilaron unas series de problemáticas e interrogantes que se relacionan con las TIC y sobre todo con lo que comporta la entrada en la era digital.
Antes de todo se manifestó que la difusión de la tecnología, su posicionamiento y maremoto que genera hoy en día en diferentes esferas sociales y privadas, nos obliga a analizar cuales son las implicaciones de su posicionamiento y utilización en el ámbito político, social y económico.
Es decir que el estudio del impacto de las nuevas tecnologías no puede deslindarse de los contextos y del sistema donde vienen aplicadas así como de su incidencia en los mercados mundiales y de la urgencia de ofrecer incentivos para su utilización en los países subdesarrollados..
Se planteó la necesidad de definir cuales políticas públicas desarrollar en la administración pública y en la administración y divulgación del conocimiento, así como la necesidad de legislar el nuevo espacio mediado por la tecnología.
Aceptada la existencia del peligro y de las consecuencias de la fractura digital se propuso la implementación de incentivos específicos dirigidos a grupos marginales o con dificultad de acceso a la nueva tecnología.
Y por último el documento mencionó la necesidad de profundizar sobre el concepto de democracia electrónica o digital es decir estudiar las alternativas para que los medios electrónicos no sean botín de algunos astutos emprendedores que los conviertan en fuente de privilegios solo para una determinada minoría.
A estos planteamientos, de extrema importancia para el desarrollo y el control del impacto de las tecnologías digitales me permito agregar un llamado de atención para los millones de usuarios anónimos que habitan el cyberespacio y que disfrutan de la era digital.
Es necesario tomar conciencia de los beneficios e habilidades que nuestra vida ha adquiridos a través del uso de la tecnología con relación a su calidad ya que un aprovechamiento correcto de los nuevos servicios puede devolvernos un tiempo precioso para dedicar a las soluciones de los grandes problemas que afligen los dos tercios de los habitantes del planeta que no pueden acceder a ella.
Por
Laura Rosseti